Ha sido una experiencia muy gratificante para todos poder estar en contacto con personas que, aun teniendo carencias físicas y psicológicas, manifiestan una gran humanidad y dignidad. Las palabras de Jesús sobre quién son los preferidos por Dios Padre han resonado fuertemente en nosotros a lo largo de estos días: los enfermos, ancianos y niños.
Nuestro trabajo ha sido de simple acompañamiento, de estar con ellos y ellas desde la sencillez y la disponibilidad para cualquier cosa que pudieran necesitar de nosotros. De agradecer es la atención que hemos recibido desde la dirección de estos centros y la facilidad de medios que nos han dado para poder realizar nuestra experiencia. Gracias de corazón a todos los que han hecho posible la realización de este voluntariado.
María, Kike y Serafín