Parece que fue ayer cuando comenzamos esta andadura que ha durado casi dos años y en la que hemos participado un grupo fenomenal de personas: unas ya expertas en estos temas y otras nuevas, con los típicos nervios del primer día, de cómo será, qué tendré que hacer, cómo serán los niños de mi grupo, sabré hacerlo bien, etcétera...
Poco a poco, y sin darte cuenta, vas conociendo a Jesús cada día mejor, y se lo vas enseñando a los niños; eso que habíamos aprendido nosotras de pequeñas, y que teníamos un tanto olvidado, lo estamos viviendo de nuevo y aún con mayor intensidad; que oportunidad tan maravillosa se nos brindaba, y menos mal que hemos sabido aprovecharla.
Así, cuando llega el día de la Primera Comunión, hemos vivido desde dentro todos los detalles y aspectos de la preparación de nuestros niños; realmente todos sabemos exactamente lo que vamos ha hacer y lo que hemos hecho, y damos gracias por ello. Damos gracias por habernos conocido todas nosotras, por haber conocido más de cerca a los niños de cada grupo, y a las personas que nos han dirigido. Y al final, todo lo que hemos recogido han sido unos frutos muy gratificantes producto del esfuerzo que con mucho cariño hemos realizado. Y estos pequeños sacrificios se nos olvidan cuando el día dela Primera Comunión ves las caritas de estos niños ya preparados para recibir a Jesús por primera vez.
Nos alegramos mucho de haber participado en este bonito proyecto, y pedimos a los padres que continúen con esta labor, que nosotros empezamos y frecuenten con sus hijos los sacramentos, especialmente el de la Eucaristía, que es el alimento espiritual que nos hace ser mejores cada día. Sólo así se nos notará que hemos cambiado y que somos verdaderos cristianos.
Un cordial saludo del equipo de catequesis 2010 - 2011