El pasado día 29 de febrero los niños y niñas de 5º de primaria, han llevado a cabo por primera vez el Sacramento de la Reconciliación. Había muchos nervios: "¿qué le digo al cura?", "no me acuerdo de ningún pecado", "¿qué me va a preguntar?", …y así un sin fin de preguntas. Por fin… los nervios ya pasaron con la celebración comunitaria del perdón, donde cada padre ha impuesto un crucifijo de madera a su hijo/a, el mismo que llevará el día de su Primera Comunión. Los niños y niñas están ilusionados y con ellos, los adultos que les rodeamos. Para ellos es muy importante, pues es la preparación para el día más feliz de su vida (al menos por ahora), y que recordarán siempre. La celebración ha sido sencilla pero muy emotiva. Los niños y niñas miraban continuamente a sus padres y buscaban la aprobación de sus catequistas cuando han tenido que rezar o leer algo en alta voz. El tiempo se les ha pasado volando y corto el acto. Eso significa que han sido conscientes de lo que hacían y lo han disfrutado. Han estado especialmente atentos cuando sus compañeros han leído la Parábola del Hijo Pródigo, en la que se nos enseña que un padre siempre perdona. También, cuando otros compañeros han hecho unas peticiones en nombre de todos. Como madre, me siento feliz de que mi hija irradiara felicidad. Como catequista, este orgullo se multiplica por 6, pues estoy haciendo de acompañante en este camino del que espero nunca se separen.
Firmado: Grupo de catequistas de 5º
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